Conciencia Animal: Comprendiendo la Distribución y Calidad de la Experiencia Consciente.
- Mick Mc Quaid
- May 21, 2024
- 3 min read
Updated: Jun 27, 2024
La conciencia animal se ha convertido en un campo de estudio fascinante e intrincado, adentrándose en dos preguntas primarias: qué especies tienen experiencias conscientes (la pregunta de distribución) y cómo estas experiencias varían entre especies (la pregunta de calidad). Esta exploración es crucial tanto para consideraciones éticas como para nuestra comprensión de la evolución de la cognición.

La Pregunta de Distribución: ¿Qué Animales son Conscientes?
La pregunta de distribución busca identificar qué especies poseen experiencias conscientes. La conciencia, en este contexto, suele definirse como conciencia fenomenal: la experiencia subjetiva de estar consciente. Según Block (1995), la conciencia fenomenal abarca cualquier estado que se sienta de cierta manera desde el interior, conocido como la perspectiva de primera persona. Esta definición excluye formas más complejas de conciencia que están limitadas a los humanos debido a su dependencia del lenguaje y la metacognición.
Especies como los macacos, las ratas, los pollos y los pulpos exhiben diferencias significativas en sus estructuras neurológicas, comportamientos y capacidades cognitivas, lo que sugiere una amplia heterogeneidad en la experiencia consciente. Sin embargo, atribuir conciencia a través de estas especies sigue siendo un desafío sin caer en una perspectiva excesivamente liberal o restrictiva.
La Pregunta de Calidad: ¿Cómo Varía la Experiencia Consciente?
La pregunta de calidad examina los matices de las experiencias conscientes entre diferentes especies. Implica comprender lo que experimentan varios animales y la naturaleza de estas experiencias, centrándose en aspectos como la riqueza perceptiva y evaluativa, la intensidad y la integración de experiencias a lo largo del tiempo.
Para abordar esto, se emplea un marco multidimensional. Este marco postula que la conciencia puede describirse a lo largo de varias dimensiones que forman colectivamente un perfil de conciencia para cada especie. Birch et al. (2020) introdujeron un modelo de cinco dimensiones, que Dung y Newen expandieron a un marco de diez dimensiones.

Diez Dimensiones de Conciencia Las diez dimensiones propuestas para capturar el espectro completo de la conciencia animal se agrupan en tres categorías:
1. Representación del Mundo Externo:
- Riqueza Perceptiva: El nivel de detalle en la percepción consciente, incluyendo el ancho de banda, la agudeza y la categorización.
- Riqueza Evaluativa: La complejidad y sensibilidad de las experiencias valenciadas (cargadas emocionalmente).
- Intensidad Evaluativa: La fuerza de valencia positiva o negativa en una experiencia.
2. Representación del Yo:
- Unidad Relacionada con el Yo: La integración sincrónica y diacrónica de la información auto-representativa.
- Experiencia de Agencia: Si las acciones se sienten como autoiniciadas o controladas.
- Experiencia de Propiedad: El sentido de pertenencia de las partes del cuerpo a uno mismo.
3. Capacidades Cognitivas:
- Razonamiento Complejo: La capacidad de formar pensamientos complejos y razonar en diferentes dominios.
- Aprendizaje Complejo: Procesos de aprendizaje avanzados, como el aprendizaje de una sola prueba y la imitación.
- Integración Temporal: Experimentar eventos como un flujo continuo (unidad diacrónica) en lugar de momentos aislados.
- Integración Sincrónica: Experimentar el mundo como un todo unificado en cualquier momento dado.
Implicaciones y Consideraciones Éticas
Comprender la calidad y distribución de la conciencia animal tiene profundas implicaciones éticas. Por ejemplo, reconocer la presencia de intensidad evaluativa en animales no humanos requiere consideraciones éticas más fuertes para prevenir el sufrimiento innecesario. Además, mapear estas dimensiones permite un enfoque más matizado del bienestar animal, yendo más allá de las nociones binarias de consciente versus no consciente.
En resumen, el estudio de la conciencia animal a través de un marco multidimensional ofrece un método integral para abordar tanto las preguntas de distribución como de calidad. Este enfoque no solo enriquece nuestra comprensión de la mente animal, sino que también informa prácticas éticas en cómo tratamos a diversas especies.
Al emplear marcos detallados como estos, los investigadores pueden comparar sistemáticamente experiencias conscientes entre especies, lo que lleva a interacciones más informadas y compasivas con el mundo animal. Referencia de la Fuente